EL DÍA QUE MARIQUITA DIBUJÓ UNA PELUSA GIGANTE

Texto: José Carlos Román
Ilustración: Zuriñe Aguirre
Editorial: Cuento de luz
Año de publicación: 2020

"El día que mariquita dibujó una pelusa gigante". Me ha costado aprenderme el título, sí, pero esa extensión en sus obras es algo típico de este genial autor, José Carlos Román, maestro y escritor de literatura infantil con el que reconozco que no soy objetiva (porque me encanta todo lo que hace y, antes de tener un libro suyo en mis manos, ya me gusta). Ya os hablé de "Una gallina en la azotea"  y pronto compartiré mi reseña de "El niño más travieso del universo". Pero en esta ocasión no tenemos gallinas ponedoras ni niños traviesos. La historia que os presento hoy es una historia para dejar volar nuestra imaginación y que llega con fuerzas para gustar a mayores (lección para ellos) y a pequeños.

Novedad editorial de Cuento de luz en este año 2020, impreso en papel de piedra (del que ya os hablé en las reseñas de "La familia Uf" y "La cometa de los sueños" y que es un gustazo tocar) y con la calidad que caracteriza a esta editorial. A los colores (¡y qué colores!) está Zuriñe Aguirre, quien ha ilustrado, además, otras obras como "Mamá Teje", "Martín Gris", "El iglú", "El circo de los cuentos" o "Maya y la máquina de fabricar cuentos", entre otros. 


SINOPSIS

Amaneció. Como cualquier otro día, los animales del bosque se levantaron temprano y se dispusieron a acudir a la escuela. Luciérnaga, Escarabajo, Mariquita y Caracol se preparaban con ilusión. 


Una vez allí y, junto a Doña Libélula resolvieron problemas, descubrieron nuevos nombres y anotaron la tarea para el día siguiente: dibujar un elefante. Sencillo, ¿verdad?


Al día siguiente, todos los alumnos llevaron su tarea, habiendo recibido muchos de ellos la ayuda de algún adulto. Todos los dibujos eran estupendos, pero cuando Doña Libélula comprobó lo que Mariquita había dibujado, la expresión de su cara cambió.

 
¡Una pelusa gigante! ¡Mariquita había dibujado una pelusa en vez de un elefante! Doña Libélula, sorprendida ante tal situación, encontró una sencilla explicación: Mariquita tenía problemas de oído, y la profesora se lo comunicó urgentemente a su madre. Pero no. 


Algo debía pasarle, pero por más que su padre la perseguía y vigilaba por toda la casa, no notaba nada extraño en ella.


Todos estaban muy preocupados por lo que Mariquita había hecho, e incluso empezaron a mirarla raro y a cuchichear a su paso. Ella no entendía nada. 


Por fin sus padres tomaron una decisión: preguntarle directamente a Mariquita por qué había dibujado una pelusa gigante en vez de un elefante, como le habían indicado. 

¡Ayyyyyy! ¡Qué buena la explicación! Sumamente acertada estuvo Mariquita (a la que, por cierto, no le pasaba nada, simplemente era una pequeña mariquita con una mente cargada de creatividad e imaginación). 



OPINIÓN PERSONAL

Título súper atractivo que promueve su lectura (¿una mariquita que dibuja una pelusa?), una trama que mantiene enganchado al lector hasta el final, un final sorprendente, una temática divertida y que invita a una profunda reflexión. Con unas cálidas y expresivas ilustraciones a doble página completa de esta maravillosa ilustradora. No se puede pedir nada más. 

Me encanta el colorido de las ilustraciones y la paleta de colores utilizada, así como detalles como el teléfono por el que se comunican Doña Libélula y la mamá de Mariquita.

Sin desvelar el final, sí puedo decir que la imaginación y creatividad de un niño es infinita y que los adultos tendemos a coartarla y a enjuiciar lo que se sale de la supuesta normalidad, racionalizándolo todo y sin que eso permita ver lo que hay más allá. 

Cierto es que, a pesar de que últimamente abundan los álbumes que tratan el tema de la creatividad infantil, en este caso no es el punto central de la trama, sino que se resuelve únicamente al final, y la mirada no se centra en la mariquita protagonista, sino más bien en la actitud de las personas que le rodean. 

Como casi siempre, esta historia tiene un protagonista real, que en este caso es Adrián, alumno de José Carlos, y su pelusa gigante. Cosas que hacen que las obras de este autor cobren aún mayor significatividad.



ACTIVIDAD

Como las cosas no son siempre lo que parecen, como actividad hemos pintado unas piedras que no son simples piedras: son mariquitas. Hasta ahí, sería lo que vería cualquier adulto, pero en casa sabemos que esas piedras pintadas de mariquitas no son sólo eso: son unos estupendos pisapapeles para mamá. Y, si no, que le pregunten a mi hija mayor.


Recuerdo que yo misma realicé esta manualidad cuando era pequeña como regalo del día del padre y aún guardamos en casa el pisapapeles.


Os dejo una breve presentación que hace el propio autor de su álbum. 



Y, como nos dijeron Zuriñe y José Carlos en su dedicatoria, os deseamos que la creatividad y la felicidad inunden vuestras vidas y las llenen de color

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